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Escuchemos Todos los Sonidos que Amamos

La Organización Mundial de la Salud estima que 1.100 millones de adolescentes y adultos jóvenes en todo el mundo—la mitad de la población de 12 a 35 años—corren el riesgo de sufrir pérdida auditiva permanente debido a los sonidos fuertes.

Eso está sucediendo porque pasamos horas y horas en dispositivos de escucha personales y auriculares, escuchando música o jugando videojuegos. También nos encantan las actividades recreativas ruidosas—conciertos y deportes, restaurantes y bares. Incluso las fiestas de cumpleaños y las bodas pueden ser muy ruidosas.

Y tendemos a dar por sentada nuestra audición.

Pero la respuesta no es dejar de hacer las cosas que amamos. Solo tenemos que escuchar responsablemente.

Tomamos medidas de sentido común para nuestra salud todos los días. Descansamos nuestro cuerpo después de un entrenamiento y protegemos nuestra piel y ojos del exceso de sol. Nos abrochamos el cinturón para salvar vidas y tomamos decisiones dietéticas inteligentes.

Cuidemos también de nuestra audición.

Después de eventos ruidosos, podemos tomar descansos de escucha en silencio para permitir que nuestros oídos se recuperen. Llevemos y usemos tapones para los oídos cuando sea necesario, al igual que siempre tenemos nuestras gafas de sol a la mano (y múltiples pares).

Podemos bajar el volumen, aunque sea un poco, para ayudar a proteger nuestra audición.

Si suena demasiado fuerte, está demasiado fuerte. La pérdida auditiva puede ser sutil y gradual, por lo que puede ser difícil saber cuándo nuestra audición está comprometida—no es tan obvio como la pérdida de visión, y con frecuencia es nuestra familia y amigos los que lo notan primero.

La pérdida de audición también puede ocurrir repentinamente, debido a un evento ruidoso de un solo momento, como pararse junto a los altavoces en un concierto o que un petardo explote demasiado cerca de nuestros oídos.

Monitoreamos regularmente las métricas de salud como nuestra visión, peso y presión arterial. Revisemos nuestra audición cada tres años, más a menudo si trabajamos en un entorno ruidoso-y si nuestro proveedor de atención médica no nos pregunta sobre nuestra audición, debemos decirlo.

¿Qué Está en Juego?

El daño a nuestros oídos por escuchar demasiado fuerte y/o demasiado tiempo, puede dificultar la audición de una conversación en entornos ruidosos y provocar tinnitus (zumbido en los oídos). También puede provocar hiperacusia o sensibilidad a los niveles de volumen cotidianos. Tanto el tinnitus como la hiperacusia, cuando son graves, pueden ser debilitantes y afectar drásticamente nuestra salud mental.

Cuando no podemos oír bien, empezamos a desconectarnos y sentirnos aislados o avergonzados por tener que pedirle a la gente que repita las cosas. Es posible que nos perdamos la parte principal demasiadas veces.

Y la pérdida de audición es permanente. Nuestra audición tiene que durar toda la vida. Una audición saludable es una parte importante de nuestra salud general, de la salud de nuestro cerebro y de nuestro bienestar.

Las Buenas Nuevas

El daño auditivo causado por sonidos fuertes es totalmente prevenible. Cuidemos nuestra audición para que podamos seguir disfrutando de todos los sonidos que amamos… de por vida.

#LoveYourEars

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Traducción al español por Julio Flores-Alberca, febrero 2024. Sepa más aquí.


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