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El Daño Puede Ocurrir Lentamente o de Una Sola Vez

Escuchar sonidos a demasiado volumen o por demasiado tiempo aumenta el daño a nuestros oídos. De acuerdo a la CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), así como con la exposición al sol o con la contaminación del aire, los efectos negativos pueden aparecer gradualmente, con el paso del tiempo. El daño a la audición también puede ocurrir por un solo evento de exposición a un sonido fuerte, como al sentarse demasiado cerca a los parlantes en un concierto.

Algunos profesionales se encuentran especialmente en riesgo de padecer pérdida auditiva a causa del ruido excesivo:

  • Los miembros del servicio militar y veteranos de guerra que han estado expuestos a artillería, maquinaría, y transporte pesado

  • Los músicos y las personas de la industria musical, quienes tienen 4 veces más probabilidad de desarrollar pérdida auditiva, y un 57% más de probabilidad de desarrollar tinnitus

  • Los jardineros, trabajadores de la construcción, y baristas (preparadores de café), quienes operan equipos ruidosos

  • Las personas que trabajan en transporte como subterráneos, trenes, y aviones

  • Camareros, instructores de gimnasia y trabajadores en emergencias—cualquier persona que esté expuesta regularmente a sonidos que son demasiado fuertes, o por encima de los 70 decibeles

Y Vivimos en un Mundo Ruidoso

Hay regulaciones federales para proteger a la mayoría de los trabajadores, pero ¿qué sucede con la exposición al ruido fuera del lugar de trabajo?

Las células ciliadas sensoriales en nuestro oído interno son como un césped de hierba espesa. Cada vez que está expuesto a sonidos fuertes, el césped se pone como pisoteado o aplastado. Las hojas de la hierba se doblan por la presión y luego se enderezan. En la medida que el ruido fuerte y prolongado continúa pisoteando la hierba, no toda la hierba vuelve a levantarse. La hierba muere, y el césped se queda desnudo. De la misma forma, el ruido daña nuestras células sensoriales y se produce el daño auditivo—lo cual incluye no solo pérdida auditiva sino también tinnitus (zumbido a los oídos) o hiperacusia (sensibilidad a niveles de sonido cotidianos).

Podemos llenar nuestra dosis diaria de sonido al hacer actividades cotidianas, como al ir a una clase ruidosa del gimnasio, usar un molinillo de café, o viajar en metro. Los parques de atracciones, los estadios deportivos, y los cines son ruidosos, pero los eventos escolares y fiestas de cumpleaños pueden serlo también.

Esto no significa que no podamos asistir a matrimonios o fiestas, por supuesto—solo necesitamos tener presente el nivel de sonido, llevando y usando tapones de oído y realizando pausas de silencio para descansar nuestros oídos. Nosotros contamos nuestros pasos, las calorías, los gramos de azúcar y sal, las horas de sueño que tenemos, y las onzas de agua que bebemos. Seguimos hábitos saludables todos los días y aspiramos a disfrutar de las cosas con moderación. Lo mismo debe ser con nuestra audición.

El reducir el volumen incluso un poco, puede ser de mucha ayuda para proteger nuestros oídos por un período largo. Cada incremento de 3 decibeles duplica la intensidad del sonido, pero cada disminución en 3 decibeles la reduce a la mitad.

Escuche responsablemente. Sepa acerca de los niveles seguros de decibeles y cómo proteger su audición.

Queremos que Ud. siga escuchando, de manera segura.

Traducción al español por Julio Flores-Alberca, setiembre 2023. Sepa más aquí.